lunes, 12 de octubre de 2009

La filosofía de las mudanzas


Hacer cajas, tirar, deshacerse de cosas que creías imprescindibles y descubrir otras que guardaste sin darte cuenta y, ahora, cobran más importancia.

En todo ese vaivén de recuerdos, papelajos, ropas del pasado y anotaciones sin sentido, me he encontrado con unas anotaciones sobre la lectura del libro de Salvador Pániker, Asimetrías. Pániker filosofa lo cotidiano en un ir y venir del nihilismo al positivismo, una posmodernidad de pensamientos y lugares comunes. Cosas que todos pensamos en algún momento y que yo recogí hace tiempo parecen ahora premonición a mis cambios actuales.


Son interesantes, pues, las anotaciones sobre la identidad, tan relativa. Esa identidad que sin darnos cuenta buscamos como marca para diferenciarnos del resto. Buscamos reafirmar lo que creemos ser con ese "soy así...". Pero el hacerlo acaba eliminando lo que soy hoy, porque lo que soy, lo que siento hoy será distinto mañana.


Es curioso ver en cuanto a la identidad cómo nos definimos en un espacio y un tiempo concretos, rodeados de ciertas cosas como la ciudad o la gente. Y nos cuesta salir de ello, porque creemos abandonar nuestra identidad, pero, incluso si traspasamos esas barreras conocidas, en otro espacio y tiempo distintos, arrastraremos el rastro de lo vivido. No hay que tener miedo, entonces.


Si pensamos que además hoy el concepto de identidad queda definido por lo que tenemos, por lo que consumimos, los perfiles son aún más difusos. Nuestra identidad se define por lo que poseemos y por la comodidad de lo conocido. Nos cuesta salir de situaciones incómodas porque en la repetición de esas incomodidades también acabamos sintiéndonos a gusto. Tengo esto, trabajo en esto otro, tengo esta novia, estos amigos, cojo el coche, pago el piso... aunque todo ello nos produzca angustia. Incluso en esa repetición algunos dicen ser felices, o tal vez lo consigan. Proclaman serlo y estar definidos.

Deberíamos aprovechar esos malestares (nunca con autocomplacencia) para hacer una revolución identitaria y así desclasificarnos a nosotros mismos y de los demás.

Hacer una revolución desde fuera y dentro de lo cotidiano, sea en la forma que sea. Lo que siempre fue intocable, permanecerá igual porque sobrevivirá lo que nos construye, pero ya nos habremos desclasificado, y para ello hay que cuestionarse esa libertad fundada en un dolor autoinflingido para evitar la autocomplacencia. Y es que cuanto más autocomplacido está un sujeto con su identidad, más cerrado e intolerante es con los demás y el mundo que le rodea o las posibilidades que se le abren.


Una lucha por la emanciapación del ser que se base en no tener miedo a la no identidad.

sábado, 10 de octubre de 2009

Be my friend

http://www.youtube.com/watch?v=wbP0c9TZfzM

Imágenes en movimiento, fotografías, amigos, movimiento del presente, del pasado, del futuro, movimiento, siempre en movimiento.

Breathe me,

I'm small

I need it

be my friend

...

viernes, 9 de octubre de 2009

Olga

Foto: José Ignacio Vidal: http://www.flickr.com/photos/pollobarba/

Te conocí en Carmen Senra. En clase, discreta, en el vestuario, cercana y alegre, siempre alegre. Trabajamos juntas, nos acercamos a la creación temprana juntas, mientras tú empezabas un camino laboral que coincidía casualmente con el mío. Y nos fuimos conociendo, con el tupper en la Senra mientras ensayábamos. Clases y más clases, y nos distanciamos un tiempo. Costaba verse, tomar una cerveza, pero, ¡sí!, conseguimos retomarnos en la danza y la amistad, sí, conseguí ver más a menudo esa sonrisa, sentir esos abrazos largos que das, conseguimos bailar juntas de nuevo, divertirnos juntas, reír, ser cómplices, contarnos nuestras cosas, recibir clases, dialogar... Tus consejos, tus correcciones, tus análisis, siempre tan ciertos y tan respetuosos. Debes saber que escucharte es un placer, es un aprendizaje y es dormir tranquilo, por ser escuchado y analizado en positivo.

Y conseguí volver a verte bailar.

Desde el principio te he dicho lo mismo: créetelo, muéstrate, ábrete, entrégate, eres la mejor, demuéstralo en escena, en un casting, que se crean que eres la mejor porque tú te lo creas, levanta la mirada, abre pecho, eres la leche, créetelo. Siempre lo dije, pero veo que lo vas haciendo, y ganas tanto... Sabes que tu calidad de movimiento es única, que mueves el aire con los brazos, que eres precisa con la técnica, que pacificas con el movimiento como lo hacen tu compañía, tus observaciones, tus diálogos. Pero dale fuerza, enfádate si hace falta en el escenario, arriesga, rómpete, sé pasional.

Ay, pero me pacifica tanto tu presencia, y lo sabes, me serena tanto tu delicadeza bailando... Es que verte bailar es ver a alguien que respeta algo, que respeta, pero que, agrandando los movimientos como tú haces, busca también disfrutarlos, busca apoderarse de ese tiempo-espacio danzado.

Y ahí estamos tú y yo en la foto. Tú me miras y yo soy consciente y te tiendo un reojo. Tus manos me gusta cómo bailan porque palpan el aire, porque tienen vida, nunca mueren, y ahí abro mi mano y mi pecho para dirigirme a ti que me llamas con esa mirada serena, pero que me dice te necesito, que me dice que vaya, con confianza y tranquilidad.

Cuando no sepas si ir o venir, cuando dudes si dejar o tomar un camino, cuando quieras más de esto y menos de lo otro, cuando, cuando, cuando..., búscame sin reparos, búscame con tus inseguridades o tus alegrías, tus ganas de hablar sabia, tus flaquezas y fuerzas, con todo. Quiero seguir escuchando tu voz al otro lado que diga "pequeñaaaaa", para compartir ideas y carcajadas. Y, por favor, búscame para verte bailar o bailar contigo, porque tu presencia en un proceso escénico se me hace absolutamente necesaria.

Y para hoy: pasión. Estaré ahí para querer tu danza y quererte a ti a partir de ella.

Te quiere,
Nerea

Noelia

Foto: José Ignacio Vidal: http://www.flickr.com/photos/pollobarba/
Aquí estamos las dos, en la Noche en Blanco. Qué gusto, Noe...

"Me gustan tus ojos...". Ésta fue una de las frases que me enamoró de ti cuando hicimos aquella pieza. Me enamoró, a mí y a todos, tu forma de decirla, de expresarla, de pestañearla, moviendo las manos, avergonzada y picarona.
Tus ojos grandes, dispuestos a observar, aprender, absorber, escuchar. Y como con los ojos te expresas con muchas otras partes de ti. Dices que te cuesta expresarte con la palabra y cierras la voz por si acaso, sin darte cuenta de que ya expresas con muchas otras cosas tuyas. No tengas miedo, porque si eres capaz de transmitir con todo tu cuerpo tanto como transmites, la voz, la palabra, es un órgano más, déjalo fluir como fluyes el movimiento.
Encandilas con tu mirada, tus manos bellas y tus brazos fuertes, tu ritmo absolutamente dinámico, enérgico y adecuado, tu fluir natural, como un animal, fuerte pero adaptado al medio, flexible y generoso con el espacio que lo rodea, con el suelo, con la piel del otro, con el espacio que abres con la mirada.
Noelia, expresas tanto con el cuerpo, eres tan potente, tan generosa bailando que debemos pedirte más porque atrapas con tu derroche de energía y tu entrega y disfrute, sin llegar nunca a la exageración. Te pido más.

Y además eres tú, tú en tu planeta. Así de tierna, allí en tu mundito, que resulta curioso verte leona en escena. Tu planeta de pensamientos a solas, de reflexiones varias, estoy segura de que llevas al suelo de una clase o de un escenario. Allí lo llevas todo, y es tu medio, querida felina, es tu selva, tu jungla particular, donde pisas segura, aunque camines por la ciudad de otra forma, ahí, bailando, pisas suave y con peso, sigilosa y contundente a la vez. Pisas retozando, jugando, riendo, peleando, suspendiendo, bailando, bailando, bailando...

Es un absoluto placer verte en movimiento, escucharte a través de tu cuerpo, de tus músculos perfectos. Me llegan tanto tus planetitas mentales cuando bailas, tus mundos interiores, contradictorios, pero realmente tuyos y tan personales, que no dejaría de verte bailar.

Y sé que allí en tu planeta de animales y pensamientos varios me has hecho un hueco. Y sé que sin muchas palabras nos entendemos hermosamente, con miradas y con formas de entender la danza casi idénticas, con formas de entender el movimiento y la escena, el proceso creativo. ¿Lo ves? Transmites tanto con todo tu ser que sólo te falta, felina mía, dar un paso, y como una leoparda atreverte más con todo, sea la palabra o lo que quieras en la vida y en la danza. Tienes un arma de comunicación tan potente que debes explotarlo y creer en él, en ti, en lo hermosísima que bailas, lo fantástica que miras, lo sugerente que te mueves. Llegas, Noe, llegas mucho.

A mí me has llegado desde el primer día y me fuiste enamorando con tu proceso, con tu avanzar en la danza, con tu cada vez más arrolladora entrega a ella. Me tienes encandilada con tu forma de expresión, tu jungla y tus planetas, tu mundo difícil de conocer pero cercano, primario, animal, sensitivo. Me llegas y llegas a todos.

Si me pestañeas con esos ojos y mueves esos brazos, me tendrás siempre en tu planeta para verte bailar entre los árboles de tu jungla.

Te quiere mucho,
Nerea

Hasta pronto, Michelle


Sé que te gusta esta foto, y no me extraña. No la pongo sólo porque te gusta, sino porque están tus brazos, tu mirada, tu danza...
Te escribo porque sé que te gusta leerme, leerme de danza, hablar de danza. Te escribo también porque te lo mereces, te lo quería regalar y porque quiero hacerlo. Desde aquí te quiero hablar un poco más de lo que te he hablado, como he podido, con mi cuerpo y con mis palabras, con un café o una tónica delante...

No me equivoco si digo que soy más danzarina, como a ti te gusta llamarnos, desde que entraste en mi vida los martes y jueves. La danza contemporánea que vivo desde que empecé a recibir tus clases es diferente. Lo he dicho aquí más veces y lo recalco. Cualquier persona que tome contacto con tu pedagogía y tu danza, que sea mínimamente sensible, aprende sobre sí mismo, sobre su cuerpo, su mirada, su soltura ante la vida y el movimiento, su actitud en escena, su actitud ante la vida, siempre gozándola, siempre exigiéndose desde el disfrute. Si alguien no explora esas capas que propones desgraciadamente se está perdiendo algo inusual: la generosidad absoluta de tu entrega por y para la danza, la danza humana. Se está perdiendo acceder a la danza individual y colectiva a través de los sentidos más palpables, los físicos, y los más profundos, los de la esencia de cada uno.

Yo sé que a alguna de esas capas he llegado. Y si no lo he hecho, el reto de acercarme es casi tan importante como saborear cada uno de sus matices. Eso es, saborear. Saboreas la danza y saboreas a la gente, y, por tanto, tu gente la saborea también. Aprendes de ella también porque eres sencilla y generosa, abierta y respetuosa, y lo que ofreces lo haces desde el sentimiento puro de amar algo con coherencia. Haces saborear gracias a tu sinceridad y coherencia ante la danza y la vida, haces que intuyamos tus propuestas hasta el punto de que nos las llevamos con nosotros, dejan un poso bien densito, pero bien sabroso, un poso que amasamos con el nuestro para crearnos a nosotros mismos como danzarines o como sentidores de la danza, como palpitadores del cuerpo, como intuidores de los estímulos. Dejas un poso sereno y pacificador, gracias al cual, con esa confianza que depositas en nosotros, es imposible no relajarse y disfrutar aprendiendo, y disfrutar bailando, viendo un espectáculo, hablando sobre danza...

Y siempre estás ahí, con tus alumnos, aconsejándolos, ayudándolos en su camino, desde el respeto y el dejar hacer, dejar aprender.

En esta nueva etapa que inicio, como te dije, eres de las cosas que más me cuesta dejar atrás. Sé que seguirás ahí, que volveré a ver tus manos y tus pies reflejados en un espejo de clase, a volver a verte grande y hermosa en escena o detrás de ella, a conversar a nuestra manera sobre lo que vemos, sabemos o intuimos sobre la danza. Sí, lo sé, pero me conectas de un tirón como con una flecha flexible los pies al suelo y el suelo a la cabeza. Me conectas la realidad de la danza con la evasión de lo más espiritual y mental de la misma. Me conectas, pues, conmigo misma, y a mí con la danza de esa manera tan natural y que tanto bien me hace, porque yo también soy realidad y sueño.

Quisiera llevarte conmigo, quisiera bailar contigo, quisiera aprender de ti, disfrutar de ti en esta nueva etapa, quisiera bailar esta etapa contigo. Pero no es posible, lo único a lo que debo agarrarme es a ese poso y extraer de él el tirón de la flecha que me sujete, como con un centro fuerte, mis pies en la tierra y mi mente voladora en la danza. Sé que me has dado recursos, que los tengo y sólo tengo que explotarlos y comentarlos contigo, y volverlos a disfrutar. Contigo.

Sólo quería agradecerte antes de decirte hasta pronto lo grande que eres y lo sabia que haces la danza, sabia por humana y sensible, pilares fundamentales en la vida. Quería agradecerte que seas así en todos los sentidos que me has ofrecido, en todos.

Gracias, gracias, gracias.

Siempre,
Nerea

sábado, 3 de octubre de 2009

Recomiendo encarecidamente

PRÓXIMAS ACTUACIONES de El Pont FLotant

Ejercicios de amor


Teatre Serrano (Gandía)
viernes 16 de octubre a las 22.30h
dissabte 17 de octubre a las 22.30h

Auditorio Universidad Carlos III (Leganés)
Festival Internacional Madrid Sur
www.institutodelmediterraneo.es
jueves 22 de octubre a las 14h y a las 20h
viernes 23 de octubre a las 14h y a las 20h

Yunquera de Henares (Guadalajara)
sábado 31 de octubre


Como piedras

Sala Cero (Sevilla)
viernes 9 de octubre a las 20h y a las 22.30h
sábado 10 de octubre a las 20h y a las 22.30h
domingo 11 de octubre a las 20h

el pont flotant
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